jueves, 5 de noviembre de 2015

Entrevista a Sendoa Gil Luque

Escritor vocacional

Con casi 20 años, está cumpliendo todos los sueños que deseó de niño. Estudiar Medicina, escribir un libro, tener a alguien a su lado que le entienda y que comparta su forma de ser… Ahora Sendoa está a punto de publicar su segundo libro.




-¿Cómo y cuándo empezaste a escribir?
    Siempre, y desde muy pequeño, me ha gustado escribir. Siempre he tenido mucha imaginación y me ha encantado plasmarla en papel. Lo que solía hacer de pequeño era coger dos folios normales, doblarlos a la mitad y, grapándolos por el doblez central, me hacía pequeños librejos que llenaba de historias típicas de un niño pequeño.
    Como siempre me gustó mucho leer, me resultaba relativamente fácil escribir lo que me venía a la cabeza en un folio. De hecho, solía escribir demasiado. Por ejemplo, recuerdo cuando comencé, realmente, a escribir la historia de El Clan de los Inmortales.
    Estaba en 1º de la ESO y mi profesor de Lengua Castellana y Literatura nos mandó hacer un relato corto de 4-5 páginas, totalmente inventada. Como ya he dicho, a mí me encantaba escribir y, por lo tanto, disfrutaba con esas cosas. En aquel momento elegí unos personajes y una localización que, aunque no compartían el nombre ni muchos otros rasgos con los actuales, fueron los primeros pasos para escribir El Clan de los Inmortales.
    Escribí y escribí y, casi sin darme cuenta, me vi en una historia de no 4-5 páginas, sino de 20, una historia simple y superficial comparada con la de hoy en día (evidentemente, ya que tiene casi 400 páginas), pero que era, en esencia, el amanecer de esa historia.
    Me gustó tanto que, cuando el mismo profesor nos mandó otra, en vez de inventar una nueva, hice una breve “secuela” que fue el primer borrador de lo que hoy es El Clan de los Inmortales, la Región del Sol (novela que ahora mismo está siendo editada y que estará disponible en unos meses).
    Seguí escribiendo y escribiendo hasta que, un día, decidí profundizar y complicar más la historia (porque aunque aún no lo parezca leyendo simplemente la primera parte, todo está muy relacionado y es bastante complejo), y así llegó la edición de la primera novela de El Clan de los Inmortales y, espero, no sea la única junto con la segunda parte.

-¿Crees que es una experiencia vocacional?
    Más que creerlo estoy seguro. Yo no escribo por compromiso, ni por los demás. Mi fin no es crear algo que vaya a gustar a la gente, sino hacer algo que yo y principalmente yo vaya a disfrutar.     Alguien que escribe por obligación y/o de un modo no vocacional no merece ser llamado escritor, porque escribir es, al final, un arte, y el arte es propio de cada uno, de su mundo y de sus sentimientos.
    Por eso, siempre digo que mi libro está hecho por y para mí, porque yo escribo sobre algo que me gusta, basándome en cosas que me gustan y para disfrutar haciéndolo. Por supuesto, si los demás aprecian mi trabajo lo agradeceré, pero eso no es más que algo secundario.
    Al fin y al cabo, para mi escribir es una escapatoria, un momento de relajación. Cuando acabo de estudiar y quiero descansar, escribo; cuando he tenido un día duro, escribo; cuando he pasado un buen día y quiero rematarlo, escribo. Mientras mucha gente ve fútbol o sale de fiesta, yo escribo. ¡Y más feliz que una perdiz!

-¿Cómo compaginas tu vida personal con tu vida profesional?
    Mucha gente me lo pregunta. Al final, tengo mil cosas que hacer entre la carrera de Medicina, las clases de Taekwondo y de Vale tudo, dar clases a chavales con problemas en alguna asignatura, escribir, etc.
    Supongo que todo se resume en saber aprovechar y organizar el tiempo y darle prioridades a unas cosas más que a otras. Intento buscar un hueco para la cuadrilla, otro para la novia (que además vive bastante lejos y quedar con ella me lleva su tiempo) y todo lo relacionado con las otras actividades previamente mencionadas.
    Como disfruto haciendo todo lo que hago, lo hago a gusto, no me resulta duro y, por eso, soy capaz de encajarlo bien a lo largo de la semana.

-La carrera de medicina es difícil, ¿cómo lo llevas?
    La verdad es que bastante bien. Desde mi más tierna infancia he querido estudiar Medicina, así que, al fin y al cabo, lo hago muy a gusto, y todo lo que aprendo me encanta. Incluso cuando tengo que estudiar lo hago contento… dentro de lo que cabe.
    Eso sí, tengo que estudiar un montón, porque es una carrera que requiere mucho estudio y dedicación, así que me lleva bastante tiempo ponerme al día con todo. Sin embargo, como ya he dicho, como es algo que me gusta, lo hago bastante contento y feliz. ¡Me muero de ganas de ser médico ya!

-¿Cómo han sido las ventas de tu primer libro, El Clan de los Inmortales? ¿Mejor o peor de lo que esperabas? ¿Qué esperas para el segundo libro?
    Pues bastante mejor de lo que esperaba, sinceramente. Al final, siendo un escritor novato y no conocido, mis obras no van a ser conocidas (al menos de momento), y eso de por sí ya es un bache bastante importante. Además, al ser un género no muy leído (es una ciencia ficción actual a la que intento darle un máximo de realismo posible), la gente no suele interesarse por este tipo de novelas.
    Sin embargo, vendí la primera edición en un santiamén y me vi obligado a realizar una segunda (lo que suma casi un total de 500 ejemplares). Puede que no sea demasiado, pero es más de lo que aspiré. Además, las críticas en general oscilaron entre el 8 y el 9, siendo algunas más bajas y otras más altas, lo cual me hace bastante feliz.
    Respecto a la segunda parte, supongo que mientras que mucha gente no la adquirirá por diferentes motivos, otros muchos se interesarán en la saga gracias a ella. Viéndolo de un modo objetivo, me parece que esta segunda parte es mucho más seria y oscura, más profunda y elaborada, con personajes mejor definidos y una historia más sólida. Por lo tanto, confío en que tenga mejor acogida aún que la primera parte y que, por lo tanto, mucha gente se sienta atraída por la saga.


-¿Has plasmado algo propio en alguna de tus novelas, en qué aspectos te has basado?
    Todo en mis novelas es yo. Quiero decir, cada palabra de está escrita en los diversos párrafos de mis obras son parte de mí. Muchas de las anécdotas o historias están realmente basadas en sucesos propios. Por no hablar de los personajes.
    Los personajes de mi libro son todos muy yo, y yo soy un poco de cada uno de ellos. Soy las ganas de cambiar todo y el odio a la sociedad de Kevin Oxford, soy el romántico empedernido y cursi que es David Robles, soy la timidez y la tontería de Miren González y las necesidades de tener todo bajo control de Alex Ashford.
    Es más, aunque para un lector que no me conozca eso pase desapercibido, varios personajes de mis obras están basados en personas reales. Los más importantes, entre ellos, son Ramón Garate y Sergio Quintanilla, aunque encontramos otros varios como Sendoa Gil, Julene López, Alba Jiménez, Julen Marcos (que hace una breve aparición en la secuela) y otros varios.
    Haciendo esto, escribiendo situaciones reales y hablando de personas que realmente existen acerco mi historia a la realidad, como cuando mezclo datos históricos con los sucesos que se narran. Además de hacer que me resulte más sencillo escribir sobre el universo de El Clan de los Inmortales, me hace sentir que la historia es más mía aún. Aunque la mayoría sean referencias que tan solo yo o mis más allegados entendemos, me encantan.

-¿Cómo te ves dentro de 10 años?
    Pues no estoy muy seguro. Me veo con una bata blanca y una carrera y una especialización médica terminada (espero), escribiendo, probablemente, alguna novela, relacionada quizá con El Clan de los Inmortales o no. Eso sí, no veo que las cosas cambien. Sigo imaginando yendo los viernes con la cuadrilla y la novia a jugar al billar o a cartas, veraneando en el mismo camping con su pequeña playa y rodeado de las mismas personas.
    Si la pregunta es cómo quiero verme dentro de diez años, la respuesta es exactamente como ahora; soy feliz tal y como estoy ahora mismo, y tengo todo lo que podría desear.

-¿Qué aspiraciones tienes en la vida?
    Siempre, y desde hace años, he tenido tres aspiraciones:
              -Estudiar Medicina.
              -Escribir un libro.
              -Tener a alguien a mi lado que me entienda y que comparta mi forma de ser.
    Ahora que he logrado hacer todo eso, supongo que mis aspiraciones no son más que la continuación de esas que he tenido siempre: acabar la carrera de Medicina y especializarme en algo que me guste (Oncología, por ejemplo); acabar de escribir la saga de El Clan de los Inmortales (la cual va para largo, podéis creerme); formar una familia, tener una casa, etc.
    Pero las más importantes son las pequeñas aspiraciones del día a día, las motivaciones que empujan a uno a ir un poco más allá. No es cuestión de pensar en tus grandes aspiraciones, sino en cumplir todas las pequeñas.
    Los pequeños detalles hacen la vida.

-Estudiar medicina te quita mucho tiempo, ¿cómo sacas tiempo para escribir?
    Como ya he dicho anteriormente, me organizo muy bien, sé darle prioridad a las cosas. De este modo, tengo tiempo para poder hacer muchas (varias, unas pocas, alguna que otra) cosas además de estudiar.
    Cada pequeño rato que tengo, escribo. Por ejemplo, si a lo largo de la tarde estudio 6 horas, por cada hora estudio 45 minutos y, los otros 15 que me tomo de descanso, son para escribir.
    Y, cuando acabo los exámenes, lo primero que hago para “celebrarlo” es venir a escribir y me puedo tirar haciéndolo hasta escribir unas 20-30 páginas (que es bastante, sinceramente, ya que los días en los que no me siento inspirado escribo 2 o 3).

-¿A qué dedicas el tiempo libre?
    Además de escribir, hago Taekwondo y Vale tudo, dos artes marciales completamente diferentes. Aunque ninguna de las dos me pide demasiado tiempo, utilizó unas 5-6 horas a la semana para ello, más las horas que utilizo en casa para prepararme el cinturón negro del primer arte marcial.
    Además de eso, me gusta quedar con la cuadrilla para jugar al billar o a algún juego de carta de los nuestros (richer, interminable, burro, come mierda, reloj, etcétera) y hablar de cosas que el resto no entendería.
    Y, por último, suelo quedar con la chica que, sin duda, más me ha ayudado y apoyado a la hora de escribir las novelas, mi pareja, con la que suelo pasar la tarde o el fin de semana haciendo cosas que a nadie le gustarían. Porque yo por mí mismo soy poco parecido a lo que es la sociedad pero, juntos, somos más raros que perros verdes.

-¿Cómo te gustaría vivir?
    Supongo que como a todos: rodeado de gente que le quiere y con lo necesario para ser feliz. No quiero una mansión ni riquezas, no quiero cuatro coches de lujo ni un yate. Solamente quiero despertarme sin problemas, ser feliz y disfrutar del día a día. Quiero despertarme cada mañana abrazado a la persona que quiero, desayunar un potente desayuno e irme a trabajar o descansar (si es fin de semana), volver a casa con los míos y hacer algo que realmente me guste como escribir.
    Como capricho, me gustaría viajar por muchos lugares. Quisiera volver a Londres, regresar a París, viajar a Berlín y, desde Australia, mandar postales en Navidad a los de aquí (tal y como dice la canción “Saludos desde el Sol” de Marvin).
    ¡Ah! ¡Y quiero un erizo!

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